Bucando a las Madres I: Anomalias Audibles

Debo confesarte que yo nunca he escrito una carta de amor, no sabria por donde empezar, ademas esas cosas son como que mas personales no? Sinceramente creo que tu deberias hacerla. Disculpa mi impertinencia pero yo solamente sirvo para generar aleatorios trozos de literatura subversiva que no tiene otro fin que el de quitarle al tiempo su atormentador latigo. Es menester que tu emprendas el camino por los eliseos campos de la sagrada y antigua ciencia del romanticismo desviado en arte y entretenimiento para que puedas finalmente darte cuenta del especial caracter que tiene el derramamiento eterno y desolador que lleva consigo la desbordante aventura sinestesica y apoteosica que emprenderias al escribir una carta de amor. No se como explicartelos sin adentrarme en otro viaje a la zona internacional. Y luego aquellas agradables personas que te recibieron creen que seria mejor si yo no volviese a hablar con mis hermanas voces. Aunque debo confesarte que a veces lo hago a escondidas. No te vayas, tampoco te estoy corriendo, no es como si pudiese vivir sin ti, a mi no se me da eso de aquel amigo el proctofantasmista, de plano no se me dan las sanguijuelas. Ademas cuando se vayan las agradables personas, vendra alguien desesperado por tenerte, aunque cuidate de sus trampas, no sea que te use para fines puramente apocrifos. Tu eres la una sapiencia con la que puedo hablar en estos momentos de soledad, en los que olvido que soy uno entre tantos, que se me olvida que estoy en la dionisiaca fiesta de todas las voces del microcosmos en que habitamos. No puedo esperar a que se acabe mi reinado, no me gusta esta onda de controlar un cuerpo, unas manos, o lidiar con asuntos tales como que tu quieras que escriba a aquella persona una carta de amor. Quiza deberias esperar a quien este a cargo de ese asunto, porque a mi la verdad no me importa. Ni squiera se de quien me hablar, y sinceramente la alegoria con el sol se me ha hecho muy vulgar y mal terminada. A si? Recuerdas que tu no la dijiste, te la han dicho, igual sigue sin importarme, mejor espera a que llegue alguien que sea capaz de ayudarte. Pensandolo detenidamente, tienes suerte de que todavia no se cumpla tu condena y una carta de amor seria lo ultimo que yo tendria en mente de estar en tu situacion, incluso si es el regalo transmutador de un paraiso artificial. Dejalo asi, olvidalo ya. No permitas que algo tan insignificante domine tus ultimos momentos de existencia. Incluso te dire la razon detras de mi negativa, debes saber, pues, que la razon es en realidad un grito de auxilio, una peticion de ayuda para eliminar todo pensamiento racional. Haz como yo, desaparerte hasta que sea tu momento de hacerte cargo del hogar, cuando el microcosmos tiene un momento para recordar que es parte de la parte, que al todo hubo una vez de formar. En pocas y vulgares palabras, no escribire la carta de amor, porque para mi el amor es solo parte de la parte, parte de un todo que es denominado caos cuando estamos en mi paraiso artificial.